lunes, 20 de julio de 2015

CARIBE, ¿SE PUEDE COMBINAR TURISMO EN PAREJA CON PESCA TROPICAL?


TEXTO Y FOTOS: Sergio Cervilla

Kingfish del Caribe
Una vez más se trata del viaje de verano, pero sólo cargábamos con el billete, la mochila y un coche de alquiler que nos esperaba en el aeropuerto. Reservamos la primera noche en un hotel de la capital con un objetivo claro… visitar los lugares señalados en nuestra ruta y pescar en sus aguas.
Antes de marchar, nos informamos con la ayuda de algunos amigos, que ya habían visitado el país. De esa manera podríamos combinar la diversión de la pesca y el turismo con las chicas.
Un tubo, cuatro cañas, tres carretes y unos cuantos señuelos nos valdrían para afrontar la aventurilla en tierras Costarricenses.
Los equipos que decidimos llevar fueron:
-        Shimano BeastMaster 2,70 mts 60/120 gr
Shimano Biomaster 5000 Sw, con trenzado de 30lbs .

-        Gunky 2,70 mts 14/56gr
Shimano Biomaster 5000 Sw, con trenzado de 20lbs .

-        Shimano Ultegra 7,1 pies  10/30 gr
Para pescar en manglares, con pequeños señuelos de superficie, vinilos o jerkbaits…
Shimano Stradic Ci4+ 3000 con 10lbs de trenzado.

-        Temple Reef Stealth 74MH hasta 80gr
Shimano Stella 6000 FA con un 65lbs de trenzado.

Bajos de fluorocarbono desde 0,90 mm hasta 0,33 mm de grosor.

Y como no las golosinas de los peces…
-        4 Espetrones
-        4 Belones
-        2 Splasher 120
-        1 Splasher 162
-        2 Dumbell 150
-        1 Roosta Popper
-        3 Daiwa SP minnow 150
-        2 Duo tidde minnow 200
-        1 Harcord duel 210

Algún que otro Jerkbait, minnows entre 100mm hasta 210mm, paseantes pequeños y unos cuantos Black Minnows.
Accesorios como el boga grip, indispensable para peces dentados, alicates abre anillas, anillas abiertas y cerradas Owner de 50lbs, 90lbs y algunas grapas…

Como apunte, os diré, que la mayoría de compañías aéreas, cobras alrededor de los 100 euros, por trayecto para llevar el tubo.

Por fin, después de la paliza que os he dado con el material y trece horas de vuelo, haciendo escala en Madrid, Aterrizamos en Costa Rica, donde íbamos a pasar la noche alojados en el Hotel Radisson.

A la mañana siguiente, después de un buen almuerzo típico, fruticas, huevos revueltos con hongos frescos  y café, partiríamos rumbo hacia Puerto Viejo en el Mar Caribe. Allí pasaríamos los siguientes tres días para hacer turismo en esa zona del país.
 Visitaríamos el parque de Cahuita, y para más tarde subir hasta Tortuguero, y como no… ¡Dónde empezaríamos a pescar!

¿Cuál fue nuestra sorpresa al llegar al Caribe? Ni aguas calmadas y cristalinas, ni peces…
Era invierno y días atrás había llovido mucho y pasado varios temporales. (Si queréis mar en calma tendréis que mirar fotos de otras estaciones del año, ja,ja,ja)
Sergio, cuñado y compañero de pesca, y yo nos miramos con cara de circunstancia… Ya lo sabíamos, pero siempre esperas que no pase.
Nos daba igual, con el tiempo los peces tenían que empezar a salir…

Aquella misma tarde, llenos de ganas e ilusión, montamos los equipos para pescar, y a la playa.
Nos habían comentado que el cambio de marea, de alta a baja, se convertía en buen momento, y sin dudarlo nos fuimos a lanzar y lanzar como si no hubiera un mañana.

Os pongo un poco en situación:
Después de tanto tiempo imaginando aquella situación, nos acercamos a la playa con todo listo… Visualizabas tu popper llegando al infinito, empiezas a poppear y de repente… revienta la superficie al tiempo que empieza a sonar el freno del carrete y nosotros entramos en un bucle de locura desatada.

Esto que tantas veces anhelamos hace que me decida por empezar con un señuelo grande, el más grande de mi caja.
Mi tocayo decide usar un paseante y nos metemos en faena, con el agua al pecho. Las olas pasaban por encima de mí y tenía algo de viento en contra del lance… una jornada de pesca bastante incómoda.
Aún así el deseo de hacernos la primera foto con un pez tropical era más fuerte que todo aquello.

Fueron pasando las horas, sin tener nada de actividad, ni persecuciones, ni ataques… Fuimos cambiando los señuelos conforme caía el sol, a ver si pescando en otras capas de agua o a distinta velocidad de recogida conseguíamos notar algo de vida al otro lado de la línea.

Ya con el sol bastante bajo, Sergio inauguraba el marcador con un pequeño Jack al que consiguió engañar con un bucktail naranja y blanco. Recogiendo muy rápido y lineal.
Varios lances después, se hacía con otro de tamaño similar.
Mientras, yo seguía lanzando donde mis ojos apenas veían el pasante, sin obtener resultado. 

El estado de la mar, la cosa no resultaba fácil.

Primer Jack de Sergio
Me marché la primera tarde de pesca del Caribe con un bolaco que no me lo quitaba ni dios… El ánimo un poco bajo, pero con ganas de mucho, mucho más… ¡Esto acababa de empezar!

Pensamos que sería buena idea ir al pueblo y hablar con los pescadores de la  zona, a ver si alguno nos sacaba a pescar al día siguiente, porque hasta el momento habíamos comprobado que la pesca desde orilla en esta época del año iba a estar complicada en lo que al Caribe se refería…Después de varias vueltas por el pueblo, hablar con unos y con otros, nos mandaron a preguntar por Bloti, un costarricense de origen jamaicano, familia de pescadores. El conocía esas aguas y las llevaba pescando más de 30 años.Él, encantado nos haría de guía a cambio de la gasolina para su bote, como allí le llaman, y una propina.

Tras varias horas hablando con el sobre anécdotas de pesca, más pesca, tullir y tullir… bueno, ya sabéis lo que sucede cuando tres pescadores se sientan en una mesa hablar de lo que más les gusta.Bloti ya nos dijo que, tras las tormentas de los últimos días, los peces andaban algo apáticos… pero que ¡PESCARIAMOS!


A la mañana siguiente teníamos que ir a visitar el Parque Nacional de Cahuita y por la tarde dedicaríamos otro rato a la pesca desde orilla.Preparamos todo lo necesario para salir en bote a la mañana siguiente.

Aquella tarde, con señuelos y equipos más ligeros sacamos algunos Jacks.Sergio, de nuevo, me dio bien para el pelo y saco un precioso Jack, de un par de kilos con un SP de Daiwa, color blanco. 

Precioso Jack de cola amarilla que libró una batalla digna de un pez de mayor porte.
Jurel o Jack de tamaño inferior, nos quedamos "flipaos" con la línea azul fuor, ¡Brutal!

Preparamos los últimos detalles, ya que a la mañana siguiente habíamos quedado a las cinco en el bar del pueblo.
Cargados de ilusión y ganas de tullir, tullir y retullir las aguas caribeñas en nuestra última oportunidad.                                                                                                                                                                                                                          Perdimos bastantes peces, picadas, partidas de bajo… bueno la suerte no estaba de nuestro lado y no era la fiesta del día pez, tampoco. Aún así, los tres, con el buen ambiente, entre risas y anécdotas,    conseguimos hacernos con algunos Jacks big eye, Macarelas y Kingfish . Un poco más de color a las fotos del viaje.
Sobre las doce concluíamos la jornada, ya que era la hora de comer pero con la mente pensado en la remontada del Pacífico.
El bote de Bloti

Preparativos la tarde anterior.
 
Aquí dejamos el Caribe… ¡Nos vemos en el Pacífico!


 

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