Ya estamos en el Pacífico, aguas calmadas,
cristalinas y además parece que el tiempo nos va a respetar. No hay previsión
de tormentas y parece que viento tampoco. Las primeras sensaciones son mejores
que las del Caribe, aquí parece que algo más vamos a pescar…
Estamos alojados en medio de la selva en una
cabaña indígena, a cincuenta metros de un rio que desemboca al mar. En la playa
delante de la cabaña, está llena de estructuras rocosas sumergidas…
¿Guay verdad?
Vamos a pasar tres días aquí alojados, con
idea de visitar el famoso parque nacional de
Corcovado, Sirena y hacer una ruta
por la selva para ir hasta un conjunto de playas paradisiacas y solitarias.
Además pescar…
Cuatro preguntas al dueño de la cabaña, que
también es pescador para averiguar los hott
spots de la zona. Alexander mañana por la tarde nos va a llevar a pescar
con su bote, a unas piedras en medio del mar. Dice que allí hay bastantes Pargos, y Cuberas. Hoy vamos a la
salida del rio a pescar el atardecer.
Ya con el sol bajando, igual que la marea, mi
tocayo y Yo nos metemos en faena. Visto lo visto los días anteriores, empezamos
con señuelos medios. Sergio saca el SP
de Daiwa Blanco que tantas alegrías
trajo en el Caribe. Cuatro lances después me grita ¨llevo llevo´, dos cabezazos más…
cuando veo que su caña ya no tiene tensión, nos miramos a la cara…
–
Me ha roto tío…
–
no jodas, cuñao? Parecía bueno eeh
–
Si si, lo era… me a petado por el
trenzado…
–
Va monta otro parecido que alguno
saldrá, ha ido contra las rocas.
Seguimos pescando muy expectantes, porque esto
pinta bien. Cambio el señuelo y me pongo un jerkbait
175mm. Lanzo, Lanzo, vuelvo a lanzar… de repente una retención rara… coño
pues si hay no hay pierda. He pasado ya antes… pienso yo!!!! Sigo recuperando
el señuelo, seis o siete metros antes de llegar a mí. BANG!!! Un cambio de dirección en la línea a velocidad
sorprendente. Que cuando echo mano para abrir el freno ya era demasiado tarde…
Sergio me mira atónito, ya que había visto la maniobra. Grito!!!
-Me cago en la puta joder, a petado todo!
Dos
picadas, dos peces que acabamos de perder, dos señuelos menos.
Buen
promedio, a la tercera va la bendecida pensamos nosotros…
Precioso atardecer, con las últimas luces del
día aun así, seguíamos dándolo todo.
|
Ya casi de noche, cuando Sergio me grita:
-
Cuaño, cuñao ben ben y mira una
manta ralla de lunares…
-
Donde, yo no veo nada…
-
Allí mira…
-
Ahora ostia lánzale, lánzale…
(mientras corro por las piedras, para llegar a la caja de señuelos).
Mi idea era poner un jig o algo para tratar de sacarla, ni que fuese al robo, el fotón
está asegurado con ese pez. A lo que estoy montando el jig, escucho ¨ llevo, llevo´´, que la tengo cuñado corre… Dejo la
caña, como loco empiezo a saltar entre las piedras para llegar lo más rápido a
su lado y cogerla. Mientras el bicho sigue dando guerra, demostrando que aún no
tiene pensado salir. Cuando ya parecía que había pegado el último estirón, a un
metro mío arranca de nuevo. De repente como si el tiempo se hubiese detenido,
todo acaba. Mierda, porque… se soltó sin más. Este es el breve resumen de la
jornada. Va recogemos, que no vamos a ver para volver.
Mañana lo intentaremos desde barca.
Por la tarde, al día siguiente salimos con la
barca hacia el lugar prometido. De camino ya cerca de donde íbamos a ponernos a
castear como le llaman allí al pescar
a spinning el patrón Gama, así se
llamaba no me estoy riendo de nadie. Dice lanzar aquí con algún señuelo de babero
y vamos troleando hasta llegar al sitio. Pues eso dicho y hecho.
Llegamos a la piedra del pargo, Gama señala mi
caja de señuelos y me dice que ponga ese Popper,
un Splaser de Sebile. Lanzo dos popeadas suaves, explosión en la superficie a
cuatro metros de donde acababa de caer. El Popper salta por el aire y no pego
el Pargo… lanza lanza me grita Gama, vuelvo con la misma pero este sí
que acierta. Clavo como si no hubiese mañana, tres gritos del Stella y me corta en el coral. Mientras
el amigo Sergio como ya se había convertido en costumbre en el viaje andaba ¨falcao¨ con un banco de Agujas Cocodrilo… Sube la primera al
bote, le hago un par de fotos la devuelve, lanza y se queda otra vez ¨falcao¨ mientras yo hago el bajo como
loco por lanzar. Por fin, Gama grita
la Pego la Pego soy yo, con un bonito agujorro
loco, que no dejaba de saltar y bailar mientas yo me mordía el labio por
subirlo al bote. Y como también
empezaba hacerse algo normal en el viaje, me cortó y se fue con una Belone de Lurenzo Hanmade a modo de piercing.
Sergio una vez más demostrando lo buen
compañero que es, sin pensárselo dos veces me dice toma mi caña ya monto yo la
tuya, que yo ya he sacado varias. Lanza tú! Cojo su caña lanzo, clavo y grito
¨esta si joder¨ parece buena... La consigo subir, unas cuantas fotos, y al
agua. Era una auténtica fiesta privada aquello fueron un par de horas de
auténtico éxtasis con peces no muy potentes, ni súper espectaculares. Pero el
fin era divertirse y ya lo creo que lo hicimos…
O las clavamos todas o las asustamos, alfinal
ya no picaban igual.
Una de las primeras en posar…
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Aguja cocodrilo & nuestra Belone |
Decidimos movernos hasta otra piedra, tras
bastantes lances, no estábamos obteniendo resultado y ya era casi de noche por
lo que decido probar de pescar al fondo con
un Black Minnow 140.En la primera
bajada, antes de llegar al fondo noto ^toc^ cierro el pick up
clavo, empieza a sonar la cucaracha.
Le digo
¨cuñao¨ esto tira eh!!
Asomo un precioso Jack Big Eye, el pez más grande que conseguí en todo el viaje. Sergio
tuvo que currárselo con la foto debido a la escasa luz. Lo consiguió!
Ya de noche regresamos a la cabaña, de
camino charlando coincidíamos en la
sensación que nos íbamos de Drake muy satisfechos. A pesar de los muchos y
buenos peces que dejamos atrás, que nos cortaron el trenzado, el bajo o
simplemente, no picaron… pero estábamos muy contentos.
Lo que a la pesca se refiere se acaba aquí,
ahora nos dirigimos a visitar los volcanes en el centro del país y estaríamos
alejados de las playas. Lo que no esperábamos, que un giro repentino por el mal
tiempo en norte. Nos devolvería hasta la zona de Guanacaste, provincia de
Nicoya, Pacifico Norte. Donde tras una llamada nos esperaba Joaquín, un amigo
de un amigo, pescador de la zona. Esto cambiaba, teníamos una jornada más de
pesca.
Os lo acabo de contar en la última entrada del
viaje…
Hasta
el Pacifico Norte chicos, en Guanacaste…
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